Corría 1.980 y tenía yo unos 5 añitos (dios mío, qué viejo soy). Uno de mis primeros recuerdos de aquella época, dibuja en mi mente a la vecinita de en frente, con el transistor a toda pastilla, «moviendo el esqueleto» al son del vídeo que mató a la estrella de la radio.
Parafraseando la canción de The Buggles «Video Killed the radio star», y velando ya las armas para el comienzo de la temporada de alquiler de barcos en Ibiza, podemos afirmar que el catamarán mató a la estrella de la radio (el velero monocasco), al menos dentro del mercado de chárter en Ibiza.
Quién lo iba a decir hace tan solo unos años, y menos en Ibiza, con amarres tan caros y escasos, con tan pocas plazas en los puertos y calles tan estrechas entre los pantalanes de las marinas. Situación que dificultaba enormemente la comercialización del producto multicasco en la isla.
Pero contra todo pronóstico, el catamarán mató a la estrella de la radio.
Motivos por los que el mercado se aleja del velero tradicional
Los catamaranes han cambiado bastante desde hace diez años y las ventajas de los catamaranes sobre los veleros multicasco tradicionales siempre han estado ahí. Entonces, ¿qué es lo que ha hecho morir la estrella de la radio?
En nuestra opinión la respuesta es simple: Lo que ha cambiado no son tanto los catamaranes de alquiler. Lo que ha cambiado por completo es el mercado en sí.
En concreto, ha cambiado el perfil del cliente que busca alquilar un barco en Ibiza. Hace no tantos años, el cliente tipo solía tener su titulación naútico deportiva, a veces hasta su propia embarcación. Solía alquilar veleros de 3 cabinas para grupos de 6 a 8 personas sin tripulación profesional y con un único cuarto de baño para compartir entre todos. Su familia o amigos, ya sabían en donde se metían. Era una semana muy divertida, pero con algunos sacrificios: duchas de agua fría (muchas veces salada), cervezas calientes, y alguna que otra noche toledana al son de un incansable mar de fondo.
Sin embargo en los últimos años se ha producido una transición muy importante hacia el mercado del turismo tradicional. Muchas de las peticiones que recibimos estos días son para barcos con aire acondicionado, generador de corriente alterna, potabilizadora para que nunca falte agua dulce, calentadores de agua, televisión plana LED de 50 pulgadas y hasta secador de pelo para las señoras: Una larga lista de comodidades más propias de un hotel de 5 estrellas que de una embarcación de charter. Por ejemplo estos mega catamaranes de lujo Lagoon 560 o Lagoon 620.
Pero es que, eso es en lo que se han convertido los catamaranes modernos: en hoteles de 5 estrellas flotantes, con todas las comodidades de tierra, hasta tal punto que ni necesitan recalar en puerto para hacer agua o recargar las baterías.
Esto ha hecho que el mercado evolucione y crezca enormemente, acercando ahora a clientes más habituados a grandes barcos de crucero que a los típicos veleros de alquiler de hace unos años. El cliente tipo actual no suele tener conocimientos de navegación deportiva, ni demasiadas ganas de aprender. Las peticiones suelen ser para embarcaciones con tripulación profesional, muchas veces compuestas de capitán y azafata, para cocinar y llevar a cabo las tareas domésticas a bordo.
Las peticiones mas comunes son para embarcaciones con al menos 4 cabinas y 4 cuartos de baño privados, con acceso desde la propia cabina. Buscan barcos estables, que no se muevan demasiado por la noche al fondear frente a alguna de las preciosas calas de Ibiza y Formentera.
La única embarcación que cumple con todos estos requisitos, es el catamarán, el rey de las embarcaciones de chárter en Ibiza y Formentera.
Algunos se rasgarán las vestiduras y dirán que las embarcaciones multicasco no ciñen bien y no navegan bien a vela contra el viento. ¿Creéis que alguno de estos catamaranes de alquiler marea una sola vela durante toda la semana de chárter? Bueno, quizá el último día y para hacerse la foto de turno.
Crónica de una muerte inesperada
A finales de la década de los 2.000, en plena crisis económica en España y en medio mundo, el mercado náutico profesional se refugiaba en el alquiler de embarcaciones para sobrevivir. Otros, que teníamos negocios tradicionales, nos arruinábamos y reinventábamos con mayor o menor fortuna.
En esa época, tan solo hace 5 años, ver más de un catamarán fondeado frente a una playa en Ibiza, llamaba la atención. Eran pocos y antiguos. Muchos con pabellón extranjero. Había una oferta más o menos acorde a la demanda, de aproximadamente el 10% del total de las peticiones de alquiler de barcos de vela.
Una muerte rápida pero dolorosa
Sin embargo, a partir de 2.010, la progresión de peticiones de alquileres semanales de catamaranes se disparó. Con un incremento que podemos cifrar según nuestros registros en un 10% anual.
En 2013 hubo prácticamente un empate técnico 50%-50% entre peticiones para alquileres semanales de veleros y de catamaranes.
En 2014 se produjo un claro «sorpasso» y las peticiones de catamaranes inundaban el mercado de alquiler de barcos en Ibiza y rebotaban de una agencia a otra, en especial durante los meses de julio y agosto, superando a las demandas para alquiler de veleros.
Y ya en 2015 la goleada fue total: 3 de 4 peticiones que recibíamos para alquilar barcos de vela con pernocta en Baleares eran para catamaranes.
Desproporción entre la oferta y la demanda
Teniendo en cuenta que a groso modo, sumando los barcos que llegan desde la península en verano a Ibiza, más los que tienen su base en la propia isla, calculamos que puede haber unos 500 veleros de alquiler entre Ibiza y Formentera en temporada alta. Sin embargo, no debe haber más de 60 o 70 catamaranes de chárter.
Esta situación provoca una asimetría brutal entre la oferta y la demanda. Por un lado hace que las reservas de catamaranes para los meses de temporada alta se adelanten casi hasta Navidades del año anterior. Por otro lado hace que la flota de veleros tradicionales se resienta, y se vea obligada a modernizarse y a ofertar descuentos de reserva anticipada que duran hasta final de primavera, antiguamente innecesarios.
Por José Navas, gerente y patrón en Charteralia, empresa de alquiler de barcos Ibiza.