Alquiler de barcos

Alquiler barco a motor Canados 42 Ibiza y Formentera

Os garantizamos que no vais a olvidar este barco a motor en alquiler en Ibiza: el deslumbrante Canados 42. Este barco a motor se encuentra en el lujoso puerto deportivo de la ciudad de Ibiza, y es perfecto para visitar la isla de Formentera o navegar por la preciosa costa sur de Ibiza.

Vista lateral del yate Canados 42 navegando por las aguas de Formentera
El solárium frontal es tan amplio como elegante

¡No busquéis más! ¡Aquí está el mejor barco a motor de Ibiza para vosotros y vuestro grupo!

Sunseeker Predator 92 Yate en alquiler en Ibiza y Formentera

Permitidme presentaros nuestro flamante yate de lujo Sunseeker Predator 92, lo podréis disfrutar en las playas y calas más emblemáticas de Ibiza y Formentera. Sunseeker es una compañía de yates inglesa líder mundial y es famosa por combinar la perfección,  el lujo y el rendimiento. Este gran yate en Ibiza tiene capacidad para 12 pasajeros y 3 tripulantes que atenderán todas vuestras necesidades.

Vista aérea del yate de lujo Sunseeker Predator 92 surcando las aguas de Formentera
Podéis apreciar todas las zonas exteriores a vista de pájaro de este lujoso yate en alquiler Sunseeker Predator 92

Alquiler Golondrina Privada Grupos Grandes 50 personas desde San Antonio Ibiza

Muchos grupos numerosos que superan la cifra mágica de 12 personas se ven ante la decisión de alquilar varias embarcaciones de capacidad máxima 12 pasajeros (el límite para barcos de recreo) o bien alquilar un barco de pasaje como esta maravillosa golondrina privada con capacidad para grupos grandes de hasta 50 personas situada en San Antonio, al oeste de la isla de Ibiza.

Nuestra golondrina para grupos grandes lista para embarcar
Nuestra golondrina para grupos grandes lista para embarcar

Golondrina en San Antonio: Tarifa de Alquiler

La tarida de alquiler para grupos privados de esta espaciosa golondrina es:

Periodo Pasajeros Tafifa de alquiler
4 hours 0-20 «3.250» euro
6 hours 0-20 «4.450» euro
8 hours 0-20 «5.950» euro
4 hours 21-35 «3.750» euro
6 hours 21-35 «4.950» euro
8 hours 21-35 «6.750» euro
4 hours 36-50 «4.450» euro
6 hours 36-50 «5.950» euro
8 hours 36-50 «7.450» euro

Todos los precios incluyen IVA y todos los impuestos locales, capitán y tripulación acorde a legislación vigente, combustible y 2 tablas de Pádel Board.

No os preocupéis que no habrá sorpresas de última hora con los precios ni tarifas escondidas.

Vista desde popa de la golondrina para grupos grandes hasta 50 personas en ibiza
Vista desde popa de la golondrina para grupos grandes hasta 50 personas en ibiza

Comida y bebida a bordo de la golondrina

Podéis añadir la opción de barra libre durante 4 horas por el precio de 30 euros por persona (IVA incluido)

Para la comida podéis consultarnos y os daremos presupuesto específico según vuestras necesidades.

Vista general del barco de alquiler para 50 personas en Ibiza
Vista general del barco de alquiler para 50 personas en Ibiza

Itinerario de la Golondrina

Nuestra maravillosa golondrina para grupos grandes se encuentra amarrada en el puerto público del pueblo de San Antonio, conocido por sus puestas de sol y sus restaurantes y vida nocturna. Pero también por ser el puerto ubicado en la bahía más bonita de la isla de Ibiza, con las mejores playas dentro del recorrido habitual de la Golondrina:

  1. Salida desde el puerto público de San Antonio.
  2. Visita a Cala Graciò y Gracioneta
  3. Visita a Port Des Torrent
  4. Visita a Calabassa
  5. Visita a Cala Conta
  6. Vuelta a San Antonio

Esta golondrina es la opción más económica para grupos grandes de hasta 50 personas!

Vista de la popa del barco para fiestas en Ibiza grupos grandes
Vista de la popa del barco para fiestas en Ibiza grupos grandes
Gran espacio a la sombra para comer o echar la siesta en el barco para grandes grupos de charter en ibiza
Gran espacio a la sombra para comer o echar la siesta en el barco para grandes grupos de charter en ibiza

Alquiler de lanchas sin patrón en Ibiza

CharterAlia ofrece una gran variedad de modelos de lanchas para alquiler en Ibiza, con o sin patrón.

Aquí están todos los modelos que ofrecemos sin patrón.

Lanchas sin patrón

Las lanchas que ofrecemos sin patrón están atracadas en Marina Ibiza o Marina Botafoch Ibiza, el puerto deportivo principal de la ciudad de Ibiza, junto al restaurante Pacha y Lio y a poca distancia del centro histórico de la ciudad. Si téneis una licencia náutica válida, puedes alquilar nuestros barcos a motor en Ibiza sin ninguna dificultad. ¡Elige nuestro servicio de alquiler de barcos en Ibiza y te prometemos que pasaréis un día inolvidable en el mar!

Tarifas de alquiler de lancha en Ibiza sin patrón

Los precios que se muestran en la siguiente tabla son para aquellas lanchas rápidas que se pueden alquilar sin patrón. El precio incluye todo el IVA y todos los demás impuestos.

El combustible para estos yates a motor no está incluido. El consumo medio de combustible para la ruta típica que va desde la isla de Ibiza a la costa norte de Formentera y de regreso a Ibiza es de 80 euros.

Tarifas de alquiler diarios con impuestos incluidos
Modelo Pasajeros Longitud Motor Temp Baja Junio & Sept Julio & Agosto Proa Abierta Consumo de Gasolina Estimado
Seesa Key Largo 20 4 «5.99 m» 1 x Yamaha F115 940 euros 1.040 euros 1.140 Euros 60 euros
Sacs 25 Dream Luxe 11 «8.00 m» 1 x Suzuki 250 HP 1.140 euros 1.300 euros «1.440 euros» 90 euros
Capelli 900 Tempest 11 «9.00 m» 2 x 250 Suzuki «1.300 euros» «1.500 euros» «1.640 euros» 130 euros
Sessa Key Largo 30 9 «10.00 m» 2 x Yamaha F250 «1.300 euros» «1.500 euros» «1.640 euros» 180 euros

Sessa Key Largo 20 alquiler de lancha en Ibiza

 

Barco para alquilar en Ibiza con muy buena relación calidad/precio. Esta Sessa Marine Key Largo 20 es amplia, muy bien distribuida y cuenta con un gran solárium en la parte de proa para que puedas tomar el sol cómodamente (y en compañía). Puedes disfrutar de tu propia música gracias al sistema de sonido profesional con altavoces situados a lo largo de la embarcación, molinete eléctrico, ducha en popa, radio VHF, GPS … Es la opción ideal para los recién llegados al mundo de la náutica.

Punto fuerte: Su bajo consumo. ¿Sabíais que el récord de consumo más bajo para ir a Formentera y volver fue de €20? A ver si lo mejoráis!!

Incluido en el precio:

– Amarre en Marina Botafoch Ibiza – Seguro todo riesgo – Selección de bebidas – Impuestos de puerto – Equipos snorkeling – Equipo de música con Bluetooth – IVA 21%

No incluido en el precio: – Combustible.

Por favor tened en cuenta que este barco requiere una fianza de 1.000 euros al embarcar que será devuelto después de vuestro maravilloso día abordo.

 

Sacs 25 Dream Lux – lancha sin patrón

Lancha neumática ideal para grupos de amigos o familias. La Sacs 25 Dream Luxe que podéis alquilar en Ibiza es un barco muy práctico, con grandes áreas para tomar el sol, toldo, plataforma de baño con escalera, ducha en popa y molinete eléctrico. Ideal para principiantes y personas que busquen un barco práctico, que navegue bien y con reducido consumo. Gracias a sus 8 metros de eslora y a sus espacios bien aprovechados, un total de 12 personas pueden navegar cómodamente con esta neumática

Punto fuerte: Su amplio solarium en popa que no encontrarás en ninguna otra neumática de 8 metros!!

Incluido en el precio: – Amarre en Marina Botafoch Ibiza – Seguro todo riesgo – Selección de bebidas (agua, refrescos,cerveza y hielo) – Impuestos de puerto – Equipos snorkeling – Equipo de música con Bluetooth – IVA 21%

No incluido en el precio: – Combustible.

Por favor tened en cuenta que este barco requiere una fianza de 3.000 euros al embarcar que será devuelto después de vuestro magnífico día abordo.

 

Lancha neumática sin patrón – Capelli 900 Tempest

Fantástica lancha neumática de la gran firma italiana Capelli. Con una capacidad de hasta 11 personas y un amplio solarium en la proa, es perfecta para vuestros mejores días en Ibiza y Formentera. Cabina cubierta, con WC. Es muy espaciosa y bien distribuida. Esta neumática destaca por su robustez y calidad de sus acabados. 9 metros de largo y 3,15 metros de manga, GPS, ducha en popa, música con bluetooth, bimini en popa. Este barco navega de una manera increíble, además se puede alquilar sin capitán y tiene un consumo muy reducido para su gran potencia de motores.

Incluido en el precio: – Amarre en Marina Botafoch Ibiza – Seguro todo riesgo – Selección de bebidas – Impuestos de puerto – Equipos snorkeling – Equipo de música con Bluetooth – IVA 21%

No incluido en el precio: – Combustible.

Por favor tened en cuenta que este barco requiere una fianza de 2.000 euros al embarcar que será devuelto después de vuestro día abordo.

 

Sessa Key Largo 30

Una joyita de Sessa Marine. Esta lancha de 10 metros de eslora que puedes alquilar en Ibiza te proporcionará maravillosas sensaciones a ti y a los tuyos. Está equipada con dos motores Yamaha que suman un total de 500 caballos. Toda esta potencia se maneja con un sistema de control electrónico, lo que hace su navegación muy cómoda. Cuenta con baño, cabina doble, molinete eléctrico, agua caliente y ducha en popa. Como las demás embarcaciones, también dispone de radio VHF y GPS.

Punto fuerte: Su gran solarium en proa y su fácil conducción!

Incluido en el precio: – Amarre en Marina Botafoch Ibiza – Seguro todo riesgo – Selección de bebidas – Impuestos de puerto – Equipos snorkeling – Equipo de Música con Bluetooth – IVA 21%

No incluido en el precio: – Combustible.

Por favor tened en cuenta que este barco requiere una fianza de 2.000 euros al embarcar que será devuelto después de tu fantástico día abordo.

Condiciones importantes

  • Los precios SÍ incluyen el 21% de IVA.
  • Patrón opcional disponible por 180 euros al día.
  • Embarque a partir de las 10:00 horas. El desembarque debe realizarse antes de las 19:00. El viaje de día completo tiene una duración de 8 horas.
  • El combustible no está incluido. El coste medio de la gasolina para ir de la ciudad de Ibiza a la playa de Illetes en el norte de Formentera y de vuelta a Ibiza se indica en la descripción de los barcos.
  • Los depósitos de seguridad deben pagarse con tarjeta de crédito el día del embarque en el puerto deportivo.
  • Para garantizar la reserva es necesario el pago total.

Política de devolución por Coronavirus en la temporada 2022

En CharterAlia, haremos todo lo posible para asegurarnos de que tengáis la mejor experiencia posible a bordo de nuestros barcos de alquiler. Desafortunadamente, hay momentos en los que nos toca enfrentarnos a circunstancias completamente fuera de nuestro control, como la situación actual de pandemia por Covid-19.

Para nuevas reservas en 2022 con depósitos pagados también en 2021 o 2022, ofrecemos un REEMBOLSO TOTAL DEL 100% de lo pagado, en caso de que vuestro país de residencia emita una prohibición oficial de volar a la isla de Ibiza debido a Covid-19 o cualquier otra causa que genere una prohibición oficial el día de vuestra reserva. Esta condición aplica para reservas canceladas hasta quince días antes de la fecha de reserva.

Para dar toda la flexibilidad posible, también moveremos vuestra reserva a una fecha posterior si lo preferís. Tened en cuenta que esta condición está sujeta a disponibilidad y que pueden aplicarse cargos adicionales según la época de la temporada.

¡Esperemos que no haya problema!

La historia del tiburón en Broken Head Beach, Australia

Los malos momentos nos ofrecen la oportunidad de conocernos mejor y crecer frente a la adversidad. Este fue uno de los peores para mí en 2020: La historia del tiburón en Broken Head Beach.

2 de junio de 2020, Byron Bay, Australia.

Ya tenía fecha de vuelta a España. Solo me quedaba una semana para exprimir las últimas bocanadas de mi inesperada aventura australiana con la que me obsequió el destino, fruto de una carambola múltiple de billar cósmico.

La meditación activa que la práctica diaria del surf regaló a una mente desbocada como la mía, hizo que por primera vez probara las mieles de navegar en un remanso de paz y equilibrio hasta entonces desconocido para mí.

El parte de aquel día pronosticaba 30 nudos de suroeste. Impensable hacer surf para cualquiera que estuviera en sus cabales. Pero yo estaba en plena cuenta atrás. Todo lo que sentimos como finito se hace más precioso aún. Como mínimo tenía que intentarlo. Así que pensé que la playa de Broken Head, junto al headland, estaría más resguardada del viento. Sin darme cuenta ya estaba de camino. Era una locura, pero mi sentido común estaba aturdido por el atronador tic-tac de mi vuelta a casa y todos los problemas que me esperaban generando intereses de demora desde mi partida hacia Filipinas a principios de marzo. Paré, como de costumbre, en el promontorio anterior a la última curva. No había ni un alma en un pico que suele estar atestado de surfistas locales. Continué engañándome a mí mismo, aferrándome a la idea de que no estaba tan tan mal. Y encima sin gente… Aparqué frente al camping. Toda la zona se encontraba inusualmente desierta. Me enfundé el traje de torero y comencé a hacer el paseíllo hacia la orilla.

Me dispuse a entrar, tabla en mano y agua por la rodilla. Levanté un instante la vista y vi con una claridad meridiana un tiburón no muy grande, de un metro más o menos, surfeando la ola orillera a escasos 5 metros justo delante de mí. El cabrón ni siquiera movía la aleta trasera para desplazarse. Aprovechaba al máximo toda la energía de la ola. A pesar de todos mis años de mar, nunca había visto un tiburón en vivo y en directo. Me impresionó su mirada asesina de depredador forjada por incontables generaciones de cazadores. Dudé. Pensé que seguramente por su tamaño sería inofensivo para los humanos. Sin embargo, a pesar de ser animales solitarios, temí que si había uno, podría haber otros, y más grandes. No sé. No lo tenía nada claro. La ola rompió y lo perdí de vista. Pensé que después de todo no iba a estar cómodo en el agua con ese compañero de surf. Así que después de unos minutos de indecisión me di media vuelta y subí a la furgo bastante decepcionado por el inesperado «surfus interruptus». Mientras conducía de vuelta a casa hacia Suffolk Park, todavía con el neopreno puesto, decidí asomarme a The Cozy Corner, extremo norte de Tallow Beach, justo al sur del mítico Cape Byron. Seguro que ese día no iba a estar tan “cozy” como su nombre indica, totalmente expuesta a viento del sur, e infinitamente peor que Broken Head Beach, pero claro… ¡sin tiburón! ¡Es que todo en la vida es relativo! Y ya con el traje puesto y listo para darme el baño, no perdía nada echando un ojo. Al llegar confirmé mis peores sospechas. No había ni dios. Aunque el viento venía de tierra, era demasiado fuerte. Más bien, terrible. Aullaba. Pero… ya que estaba ahí… puse el piloto automático y pensé: me doy un bañito rápido de 2-3 olitas y así me quedo tranquilo.

Llegar hasta la orilla ya fue una odisea. Mi tablón generaba un efecto vela indeseado que no solo me impedía caminar, sino que cuando cargaba la racha, literalmente salía volando hacia atrás. Tenía tanta arena en los ojos y la boca que solo podía pensar en sumergirme en el mar para aclararme. Después de quince interminables minutos para recorrer un angustioso trayecto que hubiera hecho en menos de cinco en condiciones normales, por fin me estaba mojando los pies. Una nueva racha me arrancó la tabla de las manos y aproveché para lanzar mi cuerpo sobre la tabla con la mayor inercia posible y remar hacia dentro. Próxima etapa: el rompeolas.

Remaba a ciegas, no veía nada. El viento era tal que levantaba el agua hacia mi cara sin dejarme ver nada. Notaba los ojos llenos de sal. Apretaba la mordida con rabia y sentía toda esa arena que había tragado rechinando entre los dientes. Intenté coger un par de olas pero era una auténtica locura. Bajar la ola con ese viento en contra tan intenso que soplaba incansable era misión imposible. Ya llevaba 15 minutos en mitad de aquel aspersor continuo, y decidí que era el momento de aceptar la realidad. Estaba de pie sobre el fondo, a unos 30 metros de la orilla. Tenía la tabla flotando a un metro delante de mí. En ese instante, cargó una brutal racha de viento que hizo volar la tabla de surf lanzándola violentamente contra mi cara sin que me diera tiempo a esquivarla o protegerme. El impacto en mi sien fue terrible. Quedé en shock. Noté como poco a poco iba perdiendo la consciencia y me quedaba sin fuerzas. Estaba a punto de dejarme llevar por aquellos cantos de sirena cuando tuve un instante de lucidez, suficiente para darme cuenta que estaba completamente solo, con el agua por la cintura y a punto de perder el conocimiento. Las piernas me temblaban. Me dejé caer sobre la tabla.

A ciegas me palpé la frente, Miré mi mano. Estaba cubierta en sangre. Había un intenso y peculiar olor a óxido. Hice lo imposible por llegar hasta el parking mientras dejaba un reguero de sangre. Me tumbé unos segundos sobre la arena pero notaba que de nuevo se me iba la cabeza. Era una dulce sensación de querer dejarse llevar, como un ataque de sueño incontrolable. Haciendo un último esfuerzo me incorporé y llegué tambaleándome a la furgo, donde cogí el móvil y me hice este selfie para a modo de espejo comprobar el alcance de la brecha.

Como se puede ver en la foto estaba blanco como el papel y con el susto en la mirada. A duras penas fui conduciendo al hospital de Byron Bay, sin pensar, casi por instinto. Fueron unos 20 minutos que me pasaron como horas. Estuve a punto de desvanecerme en dos ocasiones. Con un paquete de toallitas que tenía en la furgoneta iba taponando la herida y conduciendo con una mano. Aun así tenía un ojo lleno de sangre que me impedía la visión. Hasta el punto que me salté la salida del hospital y tuve que dar la vuelta. Por fin conseguí llegar, entré a la salas de urgencias y vi el mostrador de recepción al fondo. Debió ser la sensación de confort de sentirme en el sitio correcto. Solo recuerdo que de repente todo estaba rojo, me fallaban las piernas y… fundido en negro…

Me desperté sobre una camilla mientras dos enfermeras me ponían unas mantas sobre el neopreno. Medio bote de pegamento orgánico, 250 dólares australianos después, y todavía bastante atontado, volví a mi casa en Suffolk Park pensando por el camino que ya tenía una nueva historieta que añadir a mi bitácora de gilipolleces, una cicatriz por culpa (indirecta) de un tiburón… y que si me hubiera quedado en Broken Head Beach cogiendo olas con el tiburón, no habría acabado con una “broken head”…

Pasar mi última semana en paraíso de Byron Bay, sin poder hacer surf y viendo los toros desde la barrera fue un final muy distinto al que tenía planeado y un periodo de abstinencia mucho más duro del que hubiera podido imaginar. A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Yo sí que tenía muy presente como la magia del surf obraba milagros en mi mente. Y aun así era más doloroso pasar esa última semana en blanco, que la propia herida del golpe.

Pero aprendí una lección muy importante: la vida nos envía señales y tengo que aprender a interpretarlas.

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