La industria más importante de Ibiza en 2014 es sin lugar a duda el ocio nocturno y todo los empleos directos e indirectos que genera. Dentro el ámbito turístico nuestro sector de charter náutico y alquiler de barcos en Ibiza y despedidas de soltera en velero, tampoco se queda atrás. Muchos de nuestros clientes nos comentan que han pasado varias noches en las distintas discotecas de se distribuyen a lo largo de Ibiza, pero también nos comentan el exceso en los precios.
Y es que como todo negocio la industria de la fiesta también está sujeta a la ley de la oferta y la demanda. Ante una demanda prácticamente fuera de control especialmente en los meses de verano, algunos aprovechan para hacer su particular «agosto». Los únicos habitantes durante siglos de las islas de Ibiza y Formentera fueron los piratas. En la actualidad podríamos decir que algunos de estos piratas sobreviven solo que en lugar de en sus barcos, se encuentran en tierra.
El origen de este antiguo y todavía muy popular oficio se remonta a los inicios de la navegación a vela en el antiguo mundo mediterráneo. Las condiciones geográficas del mismo favorecieron la organización de los primerospiratas y la práctica de su técnica de ataque: el asalto por sorpresa. Pronto se constituyó en el Egeo, con centro en Delfos, un fuerte núcleo pirático, aprovechando la presa ofrecida por el tráfico fenicio en occidente; el objetivo fue en un principio la obtención de prisioneros, que proporcionaban rescates. Polícrates, rey de Samos, enmarcó el gran período de hegemonía de la piratería antigua.
Posteriormente, Mitrídates, rey del Ponto, utilizó a los piratas del Mediterráneo en su lucha contra Roma dándoles un porcentaje sobre lo que saqueaban. Roma combatió duramente a los piratas; con la caída del Imperio romano, a decadencia del comercio privó a la piratería de su razón de existir. En el siglo Vlll, piratas sarracenos surcaron el Mediterráneo; sin embargo, el centro de la actividad pirática lo ocupaban los piratas nórdicos, que infestaban las costas de Europa occidental: los normandos (vikingos) emprendieron pronto la conquista de los países donde desembarcaron; en el s. lx cesaron en sus saqueos y se convirtieron frecuentemente en mercaderes. Desde que el comercio con oriente recobró su importancia en la época de las cruzadas, el florecimiento de las repúblicas italianas se vio acompañado del incremento de la piratería. Y aquí es donde se tienen los primeros indicios de asentamientos piratas en la isla de Ibiza, con un emplazamiento privilegiado y numerosas calas donde protegerse del mal tiempo. Durante la edad media ésta se practicó abiertamente, dando origen a la creación de importantes capitales comerciales; los nuevos protagonistas fueron los piratas berberiscos; su principal foco, con centro en Metredia, fue el norte de África; acrecentados por los musulmanes andaluces expulsados de España en 1492, y unidos a los corsarios del sultán de Constantinopla, llegaron a dominar tres cuartas partes del Mediterráneo; sus jefes, los hermanos Barbirroja, hicieron de la piratería una empresa oficialmente otomana, cuyo impulso se prolongó hasta la derrota de Lepanto de 1571. La dominación francesa de Argel (1830) acabó con los piratas berberiscos. Durante la edad moderna, el escenario de la piratería se trasladó a América. El sistema comercial del monopolio hispano atrajo a las Antillas, principalmente, a los piratas. Nuevos matices se añadieron a la piratería clásica: los bucaneros y filibusteros, cuya existencia no hubiese sido posible sin la ayuda encubierta de los gobiernos británico, francés y neerlandés.
Su objetivo era robar a los barcos españoles que de América se dirigían a la Península, y el tráfico de esclavos negros; pero al afirmar que se trataba de un acto de rebeldía por no aceptar el monopolio hispano y portugués, su actuación adquirió un carácter político. Durante los siglos XVI, XVII y XVIII el contacto de los piratas con el mundo de los negocios fue muy estrecho; se formaban sociedades para financiar expediciones. Por otra parte, la acción de los piratas se fue modificando de acuerdo con los adelantos técnicos; la primitiva técnica del abordaje fue abandonada al armarse los barcos con cañones; el negocio del mar requirió mayores inversiones, de ahí que los capitanes de los barcos estuviesen muy ligados con los comerciantes de especias de Amsterdam o Londres, con los banqueros italianos o con los comerciantes de Liverpool; las expediciones requirieron una organización más compleja; los barcos mercantes fueron transformados para el ejercicio de la piratería. El tratado de Ryswick (1697) entre las potencias coloniales trasladó la piratería de Hispanoamérica a América del N y, sobre todo, al continente asiático (mar Rojo y costa de Malabar); fueron los funcionarios de la compañía de las Indias orientales quienes iniciaron, en contra de los neerlandeses, las acciones piráticas en el océano Índico con base en Madagascar. Pero el fin de la piratería occidental estaba próximo.
En el siglo XIX sólo perduraron algunos piratas aislados en ciertas costas de África, golfo Pérsico, China y Polinesia. El desarrollo industrial y la máquina de vapor hicieron las empresas muy costosas y arriesgadas; la piratería se vio amenazada ante el avance técnico de los medios de comunicación y de organización defensiva. No obstante, todavía persisten focos de piratería tradicional en el Sureste asiático, mientras han aparecido nuevas formas de piratería, como la desaparición de buques de carga con pabellón de conveniencia, especial mente en el Mediterráneo, y sobre todo en la zona de Somalia con la famosa operación Atalanta que embarca hombres armados en barcos mercantes para protegerlos de los ataques piratas. La reciente película Capitán Philipps trata el tema directamente
Definición de piratería
La piratería es un delito contra el derecho de gentes. Aparece regulado en el código penal español de forma insuficiente, prevaleciendo en esta materia la legislación especial: la ley penal y disciplinaría de la marina mercante, de 22 de diciembre de 1955, y la ley penal y procesal de la navegación aérea, de 24 de diciembre de 1964, modificada por ley de 8 de enero de 1986.
Constituyen actos de piratería no sólo los de depredación y violencia contra las personas realizados en el mar o desde él por individuos de la dotación de un buque o que se hallen embarcados en el mismo, sino también el facilitar su apoderamiento con violencia, o el despojo, daño o lesión de las personas que se hallen a bordo. La pena aplicable a los delitos de piratería cometidos contra españoles o súbditos de otra nación que no se halle en guerra con España será la de reclusión mayor, aplicándose la pena en su grado máximo siempre que se hubiera apresado alguna embarcación al abordaje o haciéndole fuego; cuando el delito fuera acompañado de asesinato, homicidio, lesiones o delitos contra la honestidad; cuando los piratas dejen a alguna persona sin medio de salvarse, y, en todo caso, al jefe, capitán o patrón pirata.
Estas mismas penas se aplicarán a los delitos que se cometieren contra aviones, aeronaves o a aparatos similares, que sean constitutivos de « piratería aérea: los actos de apoderamiento con violencia o intimidación de una aeronave, o bien de personas o cosas que se hallen a bordo, realizados desde el aire, tierra o mar y cuando por cualquier medio se provoque la caída, pérdida, incendio, aterrizaje o amaraje de una aeronave, con el propósito de apoderarse de ella o de atentar contra las personas o cosas que se encuentren a bordo. Se han adoptado numerosas medidas de carácter internacional para luchar contra este tipo de delitos, cuya práctica, como arma de actuación política, se incrementó desde fines de los años sesenta. Así, la convención sobre alta mar (29 abril 1958), el convenio de La Haya (16 dic. 1970) sobre represión del apoderamiento ilícito de aeronaves, el convenio de Montreal (23 set. 1971) sobre represión de actos ilícitos contra la seguridad de la aviación civil.
Por Jose Charteralia – bio del autor – la historia de cómo creamos Charteralia.