Pasion Veleros y catamaranes. La historia de CharterAlia

¡Hola! Soy José Navas-Parejo, gracias por seguirnos. En estas líneas podrás leer como di un cambio radical a mi vida, aprendiendo a navegar y a perseguir mis sueños. Acabé fundando CharterAlia y viviendo en un barco.

Cuando ya cargaba con treinta y tantos años a mis espaldas, descubrí esta nueva pasión tardía en mi vida que es navegar a vela. Por entonces pasábamos una mala racha en la empresa de telecomunicaciones que había creado mientras acababa la carrera. Prácticamente esa empresa fue mi vida durante 15 años. Éramos unos chavales universitarios cuando la echamos a andar. Mucho esfuerzo y sacrificio que definitivamente llegó a un triste final.

Desorientado, desanimado y plagado de deudas decidí tomarme un año sabático para salir de Matrix y dedicarme en cuerpo y alma a aprender a navegar y a olvidar el mal trago, con la esperanza de dejar los malos momentos atrás. Durante años me había atraído la idea de aventura, libertad y paz que imaginaba cuando veía un velero navegando "alejado del mundanal ruido". Había empezado varios libros náuticos que nunca tuve tiempo para terminar. Como los sueños que todos tenemos, que siempre pensamos que algún día realizaremos, pero que poco a poco van quedando atrapados por la inercia de la rutina diaria y las obligaciones que nos imponemos a nosotros mismos y se van difuminando a lo largo de nuestra vida.

puesta de sol Ibiza
Mi primer velero fondeado a la puesta de sol

Desde el primer día descubrí que navegar a vela era extremadamente adictivo, no solo por el contacto directo con la naturaleza y el mar, sino también por la cantidad de factores que influyen y sobre todo por la medición prácticamente instantánea que puedes hacer de los resultados obtenidos, ya que cualquier pequeño ajuste en el barco influye en su velocidad, junto con los elementos externos. Es una disciplina ideal para autodidactas y quijotes hiperactivos.

Pero no solo navegar a vela fue lo que me cautivó, sino que el modus vivendi, el día a día de la incómoda pero gratificante vida en el barco era sencillamente perfecto para una persona con mis inquietudes. Me mantenía la cabeza continuamente ocupada, y por tanto libre de otros pensamientos negativos. Cuando por fin tenía un minuto de relax, estaba tan cansado física y psicológicamente que solo podía pensar en dormir y descansar. Nunca antes había dormido tan profundamente, a pesar de que también sufría algún sobre salto nocturno con el ancla.

Mi primer velero

Fue al principio de 2010 cuando decidí dejar de ser cartógrafo y convertirme en explorador. Había hecho un par de salidas de pocas horas en velero y parecía que la cosa tiraba. Para pagar las deudas de la maltrecha empresa tuve que re-hipotecar mi casa y con un piquito que sobró compré mi primer velero: un pequeño barco de 7 metros de eslora, con pocas condiciones de habitabilidad y bastante espartano. Me decidí por este modelo porque se podía transportar en un remolque y pensé que así me ahorraría el coste del puerto. Poco a poco lo fui dotando de equipamiento y elementos de seguridad y confort que iba encontrando a buen precio en las webs de segunda mano. Todo el confort que un barco de 7 metros permite tener, que no es mucho. Con 50 litros de agua dulce de capacidad máxima en los tanques y sin cuarto de baño, ya os podéis imaginar las virguerías que tuve que hacer para poder vivir medio decentemente. Sin embargo, esos primeros meses en los que me lancé a la aventura, basando mi estrategia de aprendizaje en el método prueba-error, tan infalible como peligroso, los recuerdo todavía con una tremenda emoción y cariño. Ahora sí que tenía tiempo para leer y aprender. Estaba entregado en cuerpo y alma a este nuevo proyecto. Leía cualquier libro sobre vela que cayera en mis manos y sobre todo a través de varios foros de internet iba aprendiendo la "teoría". Probablemente viví algunos de los días más duros de mi vida, pero a la vez los más emocionantes. Con una sensación de superación personal prácticamente diaria y unas ganas de vivir y seguir avanzando que no había conocido antes.

velero remolque transportable
Este fue el día de la botadura de El Iluso, mi primer velero

Todo esto prueba que salir de tu zona de confort te ayuda a alcanzar la felicidad, o al menos a aproximarte a ella. El cómodo sillón de casa y la batamanta están muy bien, pero a medio-largo plazo te acomodan y pierdes el instinto de superación y resolución de problemas para el que antropológicamente estamos programados y eso nos hace entrar en un bucle de rutina y preocupaciones menores que, al no tener problemas reales, acabamos convirtiéndolos en auténticas pesadillas.

Desde Malaga a Ibiza

El primer año estuve 6 meses embarcado, viviendo a bordo del pequeño Iluso. Salimos mi amigo Víctor Roda y yo de Caleta de Velez, en Málaga. Mi compañero de aventuras desembarcó en Ibiza, después de 7 días de navegación y 500 problemas a bordo. Tras un largo y merecido descanso seguí ya en solitario descubriendo y explorando el resto de las Baleares. En Ibiza pasé un mes, y quedé maravillado de las aguas de Formentera y las condiciones ideales para navegar y fondear que presentaba la isla. A diferencia de la costa del mar de Alborán, en Andalucía, que no ofrece prácticamente ninguna cala de abrigo hasta llegar al cabo de Gata.

Velero de Ibiza a Formentera
En esta laguna de agua salada que se forma entre el norte de Espalmador y el islote de La Torreta, justo entre Ibiza y Formentera, pasé unos días inolvidables

Travesía a Mallorca, con rata a bordo

Nunca antes me había sentido tan libre como dentro de esos 10 m2 de barco. Desde Ibiza salté a Mallorca, en una travesía que siempre recordaré. La noche anterior había fondeado en Tagomago, una islita al este de Ibiza que es el punto más cercano a Mallorca. Es una isla privada de un millonetis alemán al que le gusta el famoseo y tiene la isla medio militarizada. Aún así me las apañé para fondear muy cerca de la orilla, ya que es una zona muy profunda.

A la mañana siguiente cuando estaba cruzando el canal de Mallorca, en el punto medio, justo entre Ibiza y Mallorca, en una cómoda ceñida con 14 nudos de viento real, veo un gorrión posado sobre el balcón de proa. Pero, ¿un gorrión con rabo? ¡Era una rata!

Se ve que ante la falta de basura en la isla, el animal se había lanzado a nadar hasta mi barco, atraída probablemente por el olor de la cena que me estuve preparando la noche anterior. Me las apañé para golpearla con el bichero y cayó al agua panza arriba. La pobre se ahogó a buen seguro, pero ¿qué otra opción tenía? de haber entrado dentro del barco la habría tenido de polizona permanente durante el resto de mi viaje.

En Mallorca, ya sin rata, también me lo tomé con tranquilidad. Circunnavegué la isla dos veces durante todo un mes. Una isla preciosa, pero con los peligros de la tramontana, un viento de componente norte, que incluso en verano te las puede hacer pasar canutas. Una noche en la bahía de Soller, al norte de Mallorca, entró un minitornado que nos hizo garrear el ancla a casi todos los barcos que estábamos fondeados en la bahía. No fui el único que pasó la noche en blanco y la verdad es que no estuvo mal pasar un poco de apuro para ir acostumbrándome a lo que me esperaba en el estrecho de Bonifacio, entre Córcega y Cerdeña.

Bonifacio es una zona muy delicada desde el punto de vista náutico, al igual que el estrecho de Gibraltar y casi todos los estrechos en general. Al estrecharse el espacio de mar entre dos zonas de tierra, provoca lo que se conoce como un efecto venturi, es decir, un embudo que el viento debe atravesar para llegar al otro lado, y esto hace que el viento se acelere enormemente.

velero Ibiza gennaker
En Mallorca estuve probando el gennaker, una vela un poco compleja de marear, sobre todo en solitario. ¡Qué preciosidad, mi barquito!

El gran salto desde Mallorca a Cerdeña

A finales de julio realicé la travesía desde Es Trenc, al sur de Mallorca, hasta Cala Tamariglio, en el parque natural de Capo Caccia, muy cerca de la ciudad de Alguero, al noroeste de Cerdeña. Fueron 3 días con sus 3 noches en alta mar, bajo todo tipo de condiciones. Calmas, ventolinas, algunas buenas horas de vientos entablados y lo peor, un intenso chubasco tormentoso con vientos muy duros y aparato eléctrico que provocó unas olas considerables y me hicieron pasar los peores momentos de mi vida. A eso de las 6:30 am del segundo día sentí un enorme chasquido, seguido de una explosión y una luz cegadora. Había caído un rayo a escasos 100 metros de mi velero. Todavía recuerdo el olor de la electricidad estática en el ambiente y se me ponen los pelos de punta. Llovía a mares y estaba empapado. Nunca olvidaré la imagen de estar con la cabeza agachada mientras me caía el diluvio universal. Estaba casi paralizado por el miedo. Observaba con la mirada perdida, medio hipnotizado, como el agua de lluvia caía a la teka de la bañera desde mi nariz. Primero con un goteo constante, luego convertido ya en un chorreón continuo. Por suerte el chubasco fue perdiendo fuerza poco a poco. No creo que ni el barco ni yo hubiésemos aguantado mucho más. Además, aunque el viento amainó, dejó la mar revuelta durante el resto del día. El pobre Iluso solo desplaza 2.000 kilitos de nada y entró en modo coctelera, lo que dificultaba enormemente la navegación y hacía la vida a bordo casi imposible. Además el motor del barco es un motor fuera borda, de solo 9CV, que casi no podía avanzar contra la fuerte marejada y cada vez que alcanzaba la cresta de una ola, la hélice quedaba fuera del agua y cavitaba. Para colmo el piloto automático no era lo suficientemente ágil como para negociar esas olas enormes, por lo que me veía obligado a estar a la caña y gobernar el barco manualmente, sin poder soltarla ni un segundo, para comer o secarme o refugiarme en la cabina.

velero en Cerdeña
Fondeado en Capo Caccia, recién llegado a la isla de Cerdeña.

Nunca he probado las drogas duras, pero dudo que una sustancia artificial pueda provocar el subidón que sentí a mi arribada a Cerdeña, después de 72 horas casi sin dormir ni descansar desde que levanté el fondeo al sur de Mallorca. Me sentía volar. A pesar del cansancio acumulado casi no podía dormir de la emoción.

Una vez recuperado y crecido por haber superado la dura travesía, desaté toda mi energía, que se retroalimentaba incombustiblemente de las sensaciones que estaba viviendo. Recorrí todo el norte de Cerdeña, la costa esmeralda, cada pueblo, cada cala. A los puertos solo entraba un momentito para cargar agua y comprar algo de comida y seguía ruta. Siempre dormía fondeado, al ancla, frente alguna playa solitaria y sin casi ningún otro barco, bajo las estrellas, sin apenas contaminación lumínica y estudiando la carta para preparar la derrota del día siguiente.

Tras unas semanas en Cerdeña salté a Córcega a recoger a unos amigos. En esos días estaba previsto la llegada de un temporal duro de mistral, acelerado por el estrecho de Bonifacio. Sin embargo el temporal se adelantó y me pilló de lleno en plena travesía. Otro día duro, que aunque fueron pocas horas, también lo pasé realmente mal, pero seguía aprendiendo, conociendo, experimentando, alimentado mi necesidad continua de estar ocupado. En Córcega estuvimos casi dos semanas y antes de volver a Cerdeña pasamos por todas y cada una de las islitas que jalonan el paso de Bonifacio, entre Córcega y Cerdeña: desde Piantarella en Córcega, fondeamos en Cavallo, solo a comer. Pusimos proa a las increíbles Lavezzi donde pasamos una noche inolvidable. Al día siguiente seguimos hasta el estanque de aguas turquesas que se forma entre tres islitas: Santa María, Razzoli y Budelli. Y luego saltamos hasta las famosas islas de La Maddalena y Caprera. Un paraíso bastante mejor conservado desde el punto de vista natural que las islas Baleares, y en pleno Mediterráneo.

Vuelta a casa con etapa en Menorca y Cabrera

Seguí resbalando por la costa de Cerdeña hasta que bien entrado septiembre varias tormentas y noches complicadas me hicieron darme cuenta que era el momento de volver a casa y poner un punto y seguido en mi aventura. Puse proa hacia Menorca, donde llegué justo al comienzo de una semana de lo que conocemos como el veranillo del membrillo. La travesía de vuelta fue mucho más benévola que la de ida. De hecho hizo tan poco viento que me vi obligado a poner el motor durante casi todas las millas. Navegar a motor viene a ser como el sexo sin amor. Cuando no hay más remedio, no está mal, pero es incomparable a navegar a vela. En aquellos días estaba completamente integrado con el barco. Habían pasado ya casi cinco meses desde que solté la amarra en el muelle de Caleta de Velez en Malaga. Estaba a son de mar. Me sentía mucho más experimentado, sin ningún miedo, pero a la vez sin perder el respeto al mar.

A finales de septiembre disfruté de un tiempo maravilloso, volví a poder pasar la mayor parte del tiempo fuera, navegado y fondeando en las calas de Menorca. Pero no podía quedarme para siempre. Muy a mi pesar Menorca era una etapa más de mi regreso hasta Málaga y tenía que llegar antes de que el anticiclón de las Azores perdiera toda su fuerza y permitiera la entrada de las borrascas del Atántico que generarían vientos fuertes de poniente, del oeste, justo en contra de mi rumbo. Así que desde Menorca salté a Mallorca y decidí parar una noche en Cabrera. Una islita al sur de Mallorca, que aun con todo lo que llevaba vivido ese verano, me pareció la isla más mágica de todas. La perla del Mediterráneo. Llena de historia y conservada como ninguna gracias a que se convirtió en parque natural y ahora para poder navegar y fondear en sus aguas se necesita un permiso especial. Gracias a mi precaria pero efectiva conexión a internet pude gestionar los permisos desde Menorca.

velero en Cabrera
Aquí podéis ver mi velerito fondeado frente a la isla de Cabrera, al sur de Mallorca

Vuelta a la península y Malaga

Dejé por popa Cabrera con bastante pena y con el convencimiento de volver con tiempo en un futuro, y arribé a Ibiza después de 15 horas de navegación a vela. Los días empezaban a hacerse cortos y anochecer antes de las 8 de la tarde. El agradable fresco de la noche ya era frío y las condiciones de navegación cada vez peores, así que después de una sola noche en Ibiza donde repuse agua y víveres seguí mi ruta en dirección a la isla de Portichol, justo frente al cabo de la Nao, para seguir descendiendo rumbo Sur por la península ibérica. Pasé dos días en el Mar Menor, para fondear al socaire de la isla Perdiguera, otro paraíso, tan cercano y tan desconocido por mí hasta esos momentos. Escapé del Mar Menor por el canal del Estacio, bajo el puente levadizo, doblé el cabo de Palos y puse rumbo al Cabo de Gata. Fueron largos días de navegación, con más motor de lo que me habría gustado, pero tenía que cubrir 50 o 60 millas diarias y volvía a escasear el viento durante esos días. Doblé Gata y decidí entrar al club de mar de Almería para encontrarme con algunos amigos. El recibimiento fue espectacular y disfrutamos muchísimo. Me encontraba a tan solo dos días del punto de partida en Málaga. Intenté aprovechar los vientos portantes de levante de esos días y realicé las 120 millas que me restaban a vela, sin arrancar el motor ni un minuto. Estuve fondeando en la costa tropical de Granada, en la Herradura, y ya en la provincia de Málaga, frente a Maro y Nerja. Estaba repleto de sentimientos encontrados porque después de seis meses viviendo en un barquito de 7 x 2 metros y menos de 1,70 metros de altura veía que la aventura llegaba a su fin. Por otro lado me apetecía disfrutar de las comodidades de tierra: duchas interminables de agua caliente, un WC como es debido, Internet de alta velocidad y electricidad sin límites.

Cubierta velero Mallorca
Aquí estoy llegando a Malaga

Al llegar a Málaga casi no me lo podía creer. Había pasado auténticas penurias, pero a la vez había vivido la mayor aventura de mi vida, había aprendido, disfrutado, experimentado y vivido al máximo. Pero lo más importante es que además de aprender a navegar y cumplir un sueño, había evolucionado como persona. Mis prioridades y objetivos en la vida habían cambiado radicalmente. En aquellos momentos no sabía muy bien cómo ni de qué manera, pero tenía clarísimo que ya no podría volver a mi vida anterior.

Pasé el invierno gracias a la "metadona" de la montaña y la vida en Sierra Nevada. Soñando nuevas rutas, para continuar el año siguiente donde lo había dejado. Sin embargo, a los pocos meses, Ariel, uno de los comerciales de catamaranes Lagoon que había conocido durante mi asistencia al salón náutico de Barcelona y con el que había conectado muy bien, me llamó para invitarme a realizar mi primera travesía atlántica. Durante la feria de ese año, Ariel había vendido un gran catamaran Lagoon 400 y quería ofrecerme a ayudarlo a traer el catamaran navegando desde el astillero, situado en la Bretaña francesa, en la costa atlántica, hasta Ibiza. Una travesía en pleno invierno de tres semanas y dos mil millas, en rumbo directo a La Coruña, doblando Finisterre y luego toda la costa de Portugal hasta llegar a Huelva y cruzar el estrecho de Gibraltar. El resto de la ruta desde Málaga a Ibiza ya me era muy conocida.

olas de 6 metros desde el barco en el Atlantico
Aquí estoy en el mar Cantábrico, con olas de 6 metros y vientos de 40 nudos a bordo del catamaran que estábamos trasladando a Ibiza. Sí, sí, sonrisa forzada para la foto, pero en el fondo los llevaba de corbata

Los primeros pasos en la actividad profesional

Acepté la invitación de Ariel sin pensármelo y la dureza del viaje fraguó una amistad y una conjunción de intereses que me puso al frente de uno de sus catamaranes para trabajar de patron en Ibiza durante el siguiente verano. Fueron nuevas aventuras y experiencias, quizá más humanas y algunas más banales que las del Iluso el año anterior, pero que me proporcionaron las tablas y el conocimiento del oficio náutico necesario para decidirme a re-re-hipotecarme hasta las cejas y comprarle al propio Ariel su catamaran y convertirme así en emprendedor de alquiler de barcos en Ibiza.

Ese invierno fue clave por varios factores. Me puse las pilas y saqué los títulos náuticos deportivos que me faltaban, los cursos necesarios, prácticas y por último la titulación profesional necesaria para poder trabajar como capitán profesional.

patron catamaranes Baleares
Llegando a Ibiza con el catamaran en pleno invierno

Fundamos CharterAlia, empresa de alquiler de barcos en Ibiza

Además me pasaba de diez a doce horas diarias construyendo la página web de CharterAlia, esta que estáis leyendo ahora. Poco a poco fuimos subiendo en Google gracias al contenido de calidad que despertaba el interés de nuestros clientes potenciales y lectores. Nuestra elevada visibilidad en los buscadores hizo que otros armadores particulares, propietarios de veleros que deseaban ofrecerlos para alquiler en Ibiza, pero que no encontraban clientes, fueran contactando con nosotros para ofrecernos la gestión de sus veleros y catamaranes. Y así fuimos creciendo, bastante rápido, hasta hoy. En 2016, solo 4 años desde que decidí intentar convertir un sueño en realidad, contamos con una flota mixta de 45 embarcaciones, sumando los barcos en propiedad y los barcos en gestión exclusiva, con 20 barcos en Ibiza, 15 en Mallorca y 10 en Menorca.

Flota de barcos de CharterAlia en Ibiza
Parte de la flota actual de CharterAlia

Lo más importante es que a pesar de haber transformado una pasión en mi profesión, todavía sigo disfrutando como el primer día cuando salgo a navegar a vela con mis clientes e intento transmitir esa ilusión. Podría vivir en un cómodo apartamento en Ibiza y buscar una oficina cercana. Sin embargo vivo y tengo la oficina montada en uno de los camarotes de nuestros catamaranes, en el que todavía trabajo como capitán y espero seguir trabajando durante muchos años. Es el mejor trabajo y el más gratificante que he tenido en mi vida.

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CharterAlia en los medios

Al finalizar mi primera temporada en 2013 realicé este vídeo como agradecimiento personal a todos nuestros clientes. Luego seguí la tradición cada año. Espero que os guste y quien sabe, quizá aparezcáis vosotros en el vídeo del año que viene!

Video resumen de la temporada en Baleares en 2013


¿Queréis ser los protagonistas del próximo vídeo?

Por Jose CharterAlia

28 comentarios en “Pasion Veleros y catamaranes. La historia de CharterAlia”

  1. sergio martinez berral

    Muy buenas Jose

    Sin duda, tengo que decir que después de leer este relato, me he quedado con unas ganas tremendas de seguir tu singladura tal cual jejej.

    me presento, soy Sergio Martinez y tengo 32 años vivo en Mallorca y comparto contigo la pasión por el mar y la navegación, yo llevo 10 años trabajando en barcos y también estoy estudiando para intentar sacar los títulos náuticos para poder ir creciendo en este mundo, espero que tengas mucha suerte y sigas con ese sueño.

    si alguna vez necesitas una mano para Mallorca avisame por mail que estaré encantado de ayudarte gracias.

    1. Muchas gracias por tus palabras Sergio. Ya ves que con humildad e ilusión y un poquito de suerte puedes conseguir cumplir tus sueños. Dale caña a los títulos náuticos, que los deportivos son muy entretenidos. El PPER ya es más pesado, pero te permitirá trabajar en este bonito oficio. Quién sabe si dentro de un par de veranos estarás trabajando de patron con nosotros en Ibiza o Mallorca… :-) Saludos!

  2. Enhorabuena por conseguir tu sueño! Me he emocionado con la historia Jose…me quitó el sombrero.
    Un beso y mucha suerte con tu negocio, aunque no la necesitas

  3. Hola Jose,

    muchas gracias por el momento qyue me has hecho pasar leyendo tu relato, decirte que me «has llegado» y me he identificado en todo momento, sin estar presencialemnte lo hem podido imaginar, hasta llegar a sentir al final envidia sana de las emociones que relatas.

    Espero que mi experiencia llegará, de momento que acabo de sacar el PER y el futuró está allí y yo lo busco.

    Saludos!

    1. Muchas gracias por tu comentario Carlos. Yo hace no tantos años estaba como tú, sacando el PER y con muchos sueños en la cabeza. Por suerte muchos de ellos los estoy haciendo realidad con un poquito de suerte, mucho trabajo y sobre todo con pasión. Un abrazo y te deseo mucha suerte!

  4. Hola Jose, acabo de leer tu relato, sin duda una aventura que te cambia la vida para la siempre. Mi pasión por el mar me viene desde peque, cuando ya tenía decidido lo que quería hacer en mi vida, Licenciado en ciencias del mar, lo cual conseguí en 2009. A partir de ahí y con mucho esfuerzo trabajando en todo tipo de bares, cines, promociones….conseguí comprarme mi primer velero y sacarme el PER. Ahora disfruto navegando por la Bahía de Cádiz y este mismo año decidí que quería dedicarme a esto profesionalmente, y decidí matricularme en el ciclo superior de transporte marítimo y pesca, que si dios quiere, me permitirá convalidar todos los títulos deportivos el año próximo, incluído el PPER, que necesito para dedicarme a esto. Leyendo tu relato me dije que hacer los tres meses de prácticas en una empresa como la tuya tiene que ser una experiencia inolvidable, porque se debe de aprender muchísimo,y yo prefiero la vela antes que realizar mis prácticas del ciclo en un petrolero o en un remolcador. Me gustaría preguntarte por este tema.
    Un saludo y una vez más, felicidades por tu relato

    1. Hola José Manuel: Ya tienes dos de las cosas más importantes para ser feliz: un velero y tener claro a lo que te quieres dedicar en la vida :-) Te deseo mucha suerte y avísame el año que viene para ver cómo podemos cuadrar lo de las prácticas. Yo no sé lo que se necesita, pero si es posible estaremos encantados de compartir contigo esa pasión que nos une por el mar y el viento.

      1. Hola de nuevo Jose. No hacen falta muchos requisitos para formar parte de un programa de prácticas de un ciclo formativo de grado superior, además de ser beneficioso para mi en este caso, lo es para tu empresa, pues creo que te dan incentivos por formar a un alumno. Creo que aprendería mucho con tu empresa. Aunque no soy novato en vela aún tengo que aprender mucho. Quizás este verano de el salto que diste tú y me atreva a hacerme una travesía a las baleares, aunque todavía le tengo mucho respeto, pero es mi sueño, y como te digo, me encantaría trabajar en esto,lo tengo clarísimo. El año que viene me pongo en contacto contigo y hablamos. Será un placer. Saludos

  5. Magnífica narración de las singladuras, muy sencilla, emotiva, por ende … efectiva !

    Has plasmado a travelling y narración de vivencias de buena parte de tu vida y nos ha entusiamado. Algunos de ellos dejando reporte como al caso.

    Hoy sábado 21 febrero de 2015, para el humilde Cpt. Glitter, en cuaderno de bitácora post examen P.e.r en Barcelona, despues de dormir como un bebé, despierto, agarro mí móvil para saber la hora y no se como me embarco en un Tes !!!

    Por cierto, he navegado en ese Polaco, el mástil atraviesa en la bodega ! Para agarrarte con balanceos o pantocazos es ideal Jajaja! De sobre manera si mides 1.90. Y esta muy bien acondicionado.

    Recordaré el despertar de esta mańana!

    He trabajado algunas temporadas de socorrista de playa en la Isla y este año I’m back again !

    Trataré de saludarte

    Salu2

    Cpt. Glitter

  6. Me parece una historia de lo mas interesante, yo ando dandole vueltas a una idea parecida a la tuya que espero poder realizar en unos años .
    He navegado desde que tenia 9 años que empece con un optimis de madera regalo de mi comunion ahora tengo 44 y hace 6 que comparto con un socio un magnifico Dufour 34 que cada dia me tiene mas enganchado soy Capitan de Yate y PPER pendiente de operador restringido y buque de pasajes.
    Espero que por esta epoca del año ya estes ocupado con clientes pero espero contactar contigo para consultarte algunas dudas un saludo

    LUKY

  7. Solo comentarte que me he leido tu aventura de principio a fin y que me ha transmitido y emocionado tantisimo, que ha habido momentos que he sentido estar viviendolo contigo, seguramente por la envidia, sana por supuesto, y las ganas de vivir una aventura como la tuya. Tambien porque me siento muy identificado contigo, porque hice mis pinitos en la vela de mas joven, tambien soy informatico y colgue la corbata hace unos anios, cuando rondaba los 30, siempre buscando experiencias y viviendo a mi manera desde entonces. Llegue hace un mes a Ibiza para hacer mi primera temporada en la Isla. Arriba ese espiritu aventurero siempre. Mucha suerte!

  8. Muy buenas Jose,
    Te escribe un apasionado navegante desde la mar Asturiana.
    Acabo de leer tu gran gesta y sinceramente no me deja indiferente…describes la forma de vida que desearía tener pero por ubicación, trabajo y familia nunca termino de encontrar el como…
    Vivo la náutica con una pasión que en mi circulo nadie entiende pero todos respetan, imagino que tu y los que leemos tus lineas hablamos el mismo idioma.
    Mi droga dura comenzo el vera del 2012 con mi PER recien obtenido y Lagoon 380 alquilado en Ibiza haciendo de patrón para mis amigos los Castellanos de secano…tengo que decir que hasta la fecha las mejores vacciones para ellos y para mi que por fin pude vivir la experiencia de sentir lo que desde pequeño envidiaba desde la playa viendo los «barcos».
    Bueno no me enrollo más….
    Jose, me gustaria saber si estaras por el Salon Nautico de Barcelona 2015 y poder tomar un café con el que compartir inquietudes y planificar mi próximo chárter para el summer’16.

    Un saludo
    Kike Fdez

  9. Mercedes Fernández Vallespín

    Hola! me llamo Mercedes,
    Buscando en internet lo que cobraba un patrón para incluirlo en gastos de un proyecto encontré tu historia. Realmente inspiradora… como ya habrás leído montones de veces por los comentarios que veo que te deja la gente. Hace diez años me saqué el PER porque me encanta el mar y navegar, luego no he tenido muchas oportunidades y aunque por suerte algo he navegado, no tengo mucha idea. Después de un invierno algo duro he decidido tomarme unos meses sabáticos en los que me gustaría aprender a navegar, mejorar el buceo y aprender inglés. Mi pregunta es si necesitais mano de obra a cambio de alojamiento, comida y aprendizaje. Me encantaría aprender a navegar a cambio de trabajar en las tareas que hagan falta. Bueno, si la respuesta es si o tal vez, podemos seguir hablando para no robarte más tiempo.

  10. Buenas Jose,

    Soy otro más al que le ha llegado tu relato! Me he sentido identificado con las sensaciones que te llevaron a comenzar tu aventura, leí estas líneas hace ahora unos meses, cuando estaba en ese punto de la vida en que te plantas y decides dejar de «ver los toros desde la barrera» o en nuestro caso, de ver los barcos desde la orilla…

    Así que a los 32 años, con muy poca experiencia en la mar y sólo con el PER, he decidido venirme desde la península a Palma hace menos de un mes, para centrarme en sacar los certificados, titulación necesaria y conseguir la experiencia para poder dedicarme a éste mundo.

    Aún me queda camino por recorrer hasta el PPER, pero ahora que ya he dado el paso para conseguir mi sueño, te quería agradecer que hayas compartido tu historia en la web, porque realmente es inspiradora, y me ayudó a recordar que la determinación y el salir de la zona de confort suele ir acompañado de grandes recompensas!!

    Enhorabuena por tus logros y espero que nos veamos algún día por éstas aguas de baleares!!

    Un saludo,

    Víctor Cardiel

    1. ¡Hola Víctor!

      Muchas gracias por tus palabras. Te deseamos muchísima suerte y si necesitas cualquier ayuda, aquí estamos para lo que podamos ayudar. Un abrazo y sobre todo qué disfrutes mucho!

  11. Buenas jose, esta tarde navegando por internet encontré de casualidad la pagina de charteralia, así que decidí enviarte mi cv, antes de ir a dormir vi que me habias respondido por mail, y enlazando con la pag web acabo leer como nace tu pasion por este nuevo mundo, me ha encantado leerlo, toda una aventura y experiencia, pero lo mejor ha sido ver el video y verme en el tender de blue marlin currando, jajaja…
    Un saludo, y buena proa!!

  12. José Antonio Sánchez Rey

    A son de mar.

    Apreciado José,(permíteme la licencia de tutearte, Capitán). He llegado a este,tu escrito,por una casualidad. Quizá en uno de esos días donde la derrota del barco que cada uno de nosotros capitanear psracer que nos va a partir el timón. Pero,por casualidades no casuales,quiero pensar, me encontré con tu escrito. Yo,como tú, soy otro enamorado del mar que también se ha entregado en cuerpo y alma en la idea de poder vivir por y para el Azul. Y tu historia me ha conmovido y emocionado profundamente. Esta llena de la sinceridad de alguien en sintonía con el mar,que ama lo que hace,y que a través de esto se convierte en la mejor versión de uno mismo. Y yo.como tu, también sigo a día de hoy peleando por ese sueño que es vivir de lo que más amo,que es el mar. Leer estas líneas en el día de hoy me han recordado que la parte más importante de la travesía no es llegar al puerto que nos espera, sino vivir plenamente el transcurso de la misma. Con sus días de calma,sus vientos a favor, sus tormentas y los imprevistos de ese trayecto. Me maravilla que alguien me muestre una lección de humildad tan grande dirigiéndote a los demás con esa proximidad llena de alegría,y de como vives en un barco. De como cuidas y proteges lo que amas,tu pasión,tu trabajo,el mar. Puedo decirte que tu relato,hoy, me ha recordado que debo seguir peleando por lo que quiero.
    Solo me queda agradecerte de nuevo que hayas compartido estas palabras llenas de la sabiduría de alguien que se sintió como Ulises en su Odisea,sin Ítaca a la que regresar,sin Penélope que lo esperase.y que encontró su puerto donde fondear y abrigarse.

    Ojalá yo, algún día, también me sienta a Son de mar.

    Con profundo afecto,recibe mis mejores deseos. José.

    1. Estimado José Antonio:

      Muchas gracias por tus amables palabras que me hacen recordar cuales fueron nuestros comienzos. Ojalá puedas cumplir tus sueños y sobre todo disfrutar de la travesía hacia ellos. El viaje interior hacia tu son de mar es más importante que el destino final! Un abrazo!

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